viernes, 27 de agosto de 2010

72 ejecutados.


72 ejecutados.

Ayer Jueves después de media semana me toco media vida, gracias a la media costumbre municipal adoptada por el gremio changarrero de este terregal habitado por enterregados como yo, según la cual solo se abre medio día los locales del centro charro-fanfarrón de esta región de los altos (de bajos presupuestos). Aunque basta de presumir mis purriches carencias y permítanme darles a desear…¡máaa!... qué digo desear, pasarlos a excitar de la forma mas febril con lo que vi después de bajarme del autobús en la “parada de la prepa” - o la”parada de la pepa” como lo dicta mi área púbica, pues con tan solo ver la cantidad de panochitas, chochos, rebanaditas, vulvas o como les guste llamar a el unico desestresante obrero que en un país retromundista como éste se puede conseguir sin tanto papeleo, claro, dependiendo del gandallismo sentimental de semental que te cargues- y lo primero que sentí después de aterrizar y dar como 5 pasos fue lo fofo de una pinche cagadota que no se sabe hasta el momento si fue de perro, persona o vaca, ¿Quién sabe? En un puto lugar tan pedernal como en el que nos toco fingir, lo mismo valen cualquiera de los antes mencionados transeúntes, y para acabarla de embarrar en ese momento me grito el “vitrinas” - de los pocos héroes municipales que daban su vida por el regimen de coca-cola company los jueves por las tardes trabajando en una tiendota de abarrotes y usos múltiples (desde fumarse un tabaco hasta una nalguita) – y yo como buen convidado me arranque a su mostrador abarrotero entre que arrastraba mi zapato cagado y me abalanzaba con el otro:

-Quihubo pinche vitrinas. (le dije con tono eufórico para que me diera cancha un ratito en la tienda más húmeda y apestosa de la“parada de la prepa”, siempre estaba a reventar).
-Que transa chaquetas. (me dijo el muy pendejo delante de las nenas jugando fut-bolitos que aun no enfocaba en mi cabeza pero se hacían sentir por sus gritos semi-orgásmicos y el olorcillo a perfume rellenado).
-Pos nada, aquí nomás visitándote pinche lentes de Ripley ( El tipo portaba siempre sus lentes con 20cm de espesor, dignos del “Chapo” Guzmán si algún día se le choteaba la vista, bien podían soportar gruesos calibres a la hora de “la guerra contra el narco”).
- Baboso, ¿y qué has… ( de repente interrumpio su pregunta como siempre lo hacia, por atender a uno que otro buey solicitando sus chicles o cigarrito con la educación falseta que les faltaba a la hora de sacarles ese dinero a los seguramente falsetes de sus padres Mexicanodinos).
-Después de esperar la compra-venta, dijo- ¿Qué me decías pendejo?
-Pues nada cabron, te me volteas con cualquier puto chicle que te pid…( me volvio a dejar con la lengua mocha).
-¿Sigues trabajando en la frutería?-pregunto al volver-
-No mames cabron, ya te había dicho la otra vez que nel..¡uta!, ya estoy en la tienda del vaquero norteño.
-Antes me hablas babosin, yo hasta pensé…( nuevamente lo viejamente dicho interrumpió).

Ya ni la hice de pedo, se le habían amontonado como 10 mocosetes como si fueran abrir mesa de ragalos en Liverpool, pinches consumidores de ricolino; en eso de repente avente la mirada a los fut-bolitos y ahí estaba la muñecota que faltaba en mi juguetero, paliducha, ojos negros- abismo, delgada , pelo negro rizado y oscurecido brillantemente con mus, pantalón de mezclilla embarrado, una blusita verde y ajustada sin escote, pero con un par de duraznitos que cualquiera se robaría de la huerta, ni hablar de sus nalgas tan sobriamente respingonas sin llegar a culo de cabaretera de televisa, y lo más estimulante: un par de pantorrillas que solo puede obsequiar la adolescencia y la pata de perro a la que está sujeta la jumentud Mexica. La nena comenzó a corresponder mis sudadas miradas ¡ Que pues Chaquetas!, me saco de la miel el panzon del “vitrinas”.

-¡Qué buey! –le dije-
- Mira que culito tiene la de vida tv. (y me señalo con su dedo como dedeandola en el pubis a la conductora, el televisor cagadisimo de moscas que tenia atrás de la barra-abarrotera).
-No chingues, como te pueden gustar esas gatas cabareteras mitad plástico/mitad carne, habiendo tanta feromona loca por aquí.
- ¡O! cállate cabron, nos va educar ésta chuletota.- me dijo-.
-Pero…¡shsssst! (me callo el emperador de las galletas gamesa con lentes antibala).
-…ven lo fácil de estar felices con nosotros y nuestro entorno, solamente contemos nuestros sentimientos durante día y ya verán amigos el cambio instantáneo… (dijo la perrita del productor de vida tv con su voz chiqueadota).
- ¡Jejeje! A ver pinche chaquetas cuantos sentimientos tuviste hoy. ( dijo el bestia del vitrinas moviendo la mano derecha cerrada como si estuviera haciéndole una puñeta al espacio que nos separaba).

Le sonreí indirectamente, pues no quería que la baby del fut-bolito pensara que disfrutaba estar con alguien tan bestia como este pedazo de buey y le dije:

-Pues tanteándole…mmm…(vi las letrotas del periodico a.m. que estaba encima del televisor: 72 ejecutados en Tamaulipas.) mas o menos unas 72, desde mi casa hasta este laredo de la comida chatarra -le respondí-.
-Que exacto, hasta parece que traes…( se lo llevo la oferta y la demanda de nuevo).

En esos lapsos de soledad en la barra lo único que entraba en mi cabeza además del barullo y últimamente la miss fut-bolitos, era el retumbar de las rolas de la rockola del changarro aquel. En ese momento que se me volvió a escapar “el vitrinas”, empezó a sonar una rola de esas que se acomodan a todo lo involuntario que se trae uno dentro y fuera del pellejo: Jugo a la vida…creo es de los Tucanes de Tijuas; no se pero en el momento nos volvimos a espiar yo y esa chinita de los saunas de mis sueños, me imagine que me le acercaba como los bailarines de grupo control en ese video del cover de “la camisa negra”, con ese jaloneo casi epiléptico , además de recordar la mamadota que se avienta uno de los del grupo control cuando la canción dice:

“…traigo la camisa negra y debajo traigo el difunto…” ,
MAMADOTA: “…Pa enterrártelo cuando quieras mamacita…”

De plano, me saco una sonrisa esa babosada irresistible y como miraba al tiempo a la dueña de mis comezones, pues ella también me sonrió y yo me le acerque para pararle esa sonrisa con un:

-Hola.-le salude a la mecenas de mis latidos-.
-¿Qué? ¿Quieres hacer reta o que? (más fría que leche del refrigerador me lo dijo, pero se la pase con tal de estar cerca de esas pantorrillas).
-Claro morra, pero reta de tu pintalabios.-¡maaaa! Estaba que se me desmoronaban las rodillas-. -Hazte a la verga, hueles a mierda. (Me dijo y la próxima glaciación había llegado a todas mis tripas).
-heeee... (balbucí)

No dije nada y me fui de aquella cripta de mis pretensiones, me sentía un teclado mugriento de esos que hay en los cyber-públicos y nadie quiere que le toque, pero si te toca pues escribes de la mierda en el Messenger pues no quieres voltear a ver donde estas poniendo los dedos, así aquella baby solo me miraba tal vez por lo asqueroso que lucia y siendo el único infeliz que le miraba, solo se enmendó a soportar esa charla virtualmente asquerosa entre los dos. Ya ni me despedí del “vitrinas” nomás me senté en una parada después de "la parada de la prepa" y en ese momento olí una repúgnate fetidez que provenía de mi zapato, mire la suela, estaba tupida entre el tacón y la plantilla de aquella mierda que había pisado, me la limpie con una hierba que rompía un pedazo de banqueta, me subí al camión hacía el centro y al ver por la ventanilla todo ese arrumbadero de polvorienta urbanidad sentí como había ejecutado aquellos 72 sentimientos esa paliducha fantasía pero sentí un sentimiento 73 vivo aún, el de sentir que ya mermaba ese día.

Video necesario para mi cuentillo: "72 ejecutados"
Otro video necesario para mi cuentillo: "72 ejecutados"